"Lleva a un hombre ciego a Lycia e inmediatamente el olor del aire le dirá donde se encuentra. El perfume acre de la lavanda, el aroma picante de la menta y el tomillo silvestre, se lo dirán."

Cevat Şakir, Halikarnas Balıkçısı (El pescador de Halikarnas)


viernes, 10 de junio de 2011

Día 8: Kalkan-Bezirgan






Como decimos por allá, un calorón! Pero ya estoy en la montaña. El aire es fresco. No sé si habrá mosquitos. Por las dudas cerré los mosquiteros de la carpa. Acampo frente al café Dervish del señor Dervish. Caí acá, como peludo de regalo. En Bezirgan, un pueblo de menos de diez de casas de paredes blancas y techos de tejas rojas, pintorezco, acampo en el campito que rodea al café Dervish, hay agua y baños.
Esta región es de siembra de trigales y hay muchas chozas típicas, como casas de enanitos, donde se almacena el trigo para hacer harina para hacer pan.
La caminata de Kalkan a Bezirgan no es muy dura, pero el sol me mataba. La montaña es peladísima. Yo cada vez que veía un perejil me ponía a la sombra. Hay arbustos espinosos, plantas tipos calafates, pinchudos, abrojos, ortigas y cada tanto algún olivo que se las rebusca para seguir enredándose en la vida. Bebí litros de agua! No sé cuántos, por suerte hay varios pozos durante el camino. Por primera vez desde que empecé esta ruta, no crucé a nadie, sólo a las cabras y al sol. La mayor parte del tiempo el camino es en zigzag y pedregoso. A medida que se va subiendo la colina que cubre las espaldas de Kalkan la vista del mar con los cabos y las islas es más amplia y más alucinante. Cuando llegué al final de la primera colina pensé que ya estaba, que era hasta ahí, pero no. Terminada esa ladera, detrás esperaba otra. Igual, sendero de piedras que continúa por el lecho seco de un arroyo, lecho también de piedras.
Llegué a Bezirgan y seguí las indicaciones que decían Pansiyon 500 m. Se trataba de la pensiyon Owaland que ya había visto por internet, un B&B de 100 liras, a mí me duran tres días o más. La casa es preciosa, y el jardín increíble, lujurioso. Tantas flores de tantos colores, eso sí que es un vergel! Esperé un rato para preguntar. No veía que hubiera mucha onda familia o de lugares para acampar. Le pregunté a una vecina a 300 m de ahí y me dijo que no había más que una pensiyon y que era ese B&B, así que esperé un rato más y de paso descansé. Al rato aparecieron los dueños y me dijeron que no había lugar. No les creí, sobre todo porque el tipo, turco, no habló; habló la mina, una inglesa respingada. Me alegro mucho que no haya habido lugar aunque más no sea porque no les gustó mi olor a chivo.
Gracias a eso caí en el café Dervish. Primero pensaba esperar un dolmus que me llevara hasta Saribelen donde había leído que hay una pansiyon. Esperé, pero el Sr Dervish me decía problema yok, que podía acampar acá, que él cocina para la cena. Al final como se hizo tarde y el pastito era tentador, le dije que sí, que me quedaba.
La cena del Sr Devirsh fue Soberbia. Creo que es la mejor que he comido durante la ruta y eso que las del Flower Pansiyon son buenas, pero con Dervish hubo churrasco asado a la parrillita! Y me dio dos veces, pero le tuve que decir que no, que ya era mucho. Una ensalada gigante. Y de postre yugur con miel natural, un plato lleno, y melón. Me costó 20 liras y 5 el camping.
Me preguntó si quería el desayuno, pero le dije que no, porque así me levanto apenas amanezca y salgo antes de que el sol me pele el turbante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario